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Cinco razones para comprar (no) un Mazda CX-60

septiembre 5, 2022

1. El tren del poder: ¡poderrr!

Por supuesto, la potencia no lo dice todo sobre un coche, pero de todos modos empezaremos esta lista con ella. El CX-60 es el Mazda más potente de la historia. El SUV tiene más empuje que un Mazda RX-7, RX-8 o Mazda 3 MPS. No es de extrañar, porque el CX-60 no tiene uno, sino dos motores: un motor eléctrico de 175 CV y 270 Nm y un motor de gasolina de 2,5 litros Skyactiv-G de 192 CV y 261 Nm. La potencia total del sistema es de 327 CV y 500 Nm. ¿El resultado? En sólo 5,8 segundos, el imponente japonés pasa de 0 a 100 km/h. Sólo a 200 km/h deja de acelerar. Un rápido sprint intermedio o una rápida maniobra de adelantamiento también son pan comido. El par motor disponible de un motor eléctrico demuestra su poder aquí. Otra ventaja: el PHEV tiene siempre tracción a las cuatro ruedas y puede remolcar hasta 2.500 kilos.

2. Experiencia de conducción

Mazda ha intentado hacer del CX-60 un coche con buena dirección. Es algo complicado con los SUV -especialmente cuando pesan 1.955 kg, como el CX-60-, pero los japoneses lo han conseguido bastante bien. Le ahorraremos una historia técnica sobre la suspensión de doble horquilla, la configuración multibrazo, el motor longitudinal y el Kinetic Posture Control, que suprime el sobreviraje y el subviraje mediante la frenada. Digámoslo así: el CX-60 se maneja muy bien en la curva. Esto, en combinación con la sólida potencia, te hace sonreír al volante.

3. Consumo

Es bonito tener toda esa potencia, pero la diversión se acaba pronto cuando tienes que conducir hasta el surtidor todos los días. Afortunadamente, esto no es necesario. Como ya hemos dicho, el CX-60 es el primer híbrido enchufable de Mazda. Si cuelgas el CX-60 en uno más largo antes de irte a la cama, no necesitarás repostar nada al día siguiente. Eso, si no tiene que conducir más de 63 kilómetros. Esa es la distancia que alcanza el CX-60 con energía eléctrica según el libro. En la práctica, son entre 10 y 15 kilómetros menos, según el estilo de conducción y las condiciones meteorológicas. Según Mazda, los enchufes valientes deberían alcanzar un consumo medio de 1,5 l/100 km.

4. Sensación Premium

Es bastante atrevido por parte de Mazda: atacar a los europeos en su propio continente. Con el CX-60, Mazda entra en el segmento premium y compite con modelos europeos como el Mercedes-Benz GLC, el BMW X3, el Audi Q5 y el Volvo XC60. Mazda ha sacado todo lo necesario para el interior de su nuevo buque insignia. La versión superior -el Takumi- utiliza una técnica de costura japonesa llamada Kakenui. Esto se refleja en el salpicadero, que está cubierto de un tejido con llamativas costuras «colgantes». Los elegantes elementos cromados y la madera de arce de los paneles de las puertas y la consola central también crean un aspecto suave y sereno.

El CX-60 tiene quizás el interior más bonito en el que nos hemos sentado este año. Y eso que el SUV tiene un precio de partida considerablemente inferior al de sus hermanos europeos. En los Países Bajos, está disponible desde 53.690 euros. Con la competencia alemana en este segmento, sólo se puede entrar si se pagan al menos otros 10.000 euros. Los que sí quieren espacio, pero se pueden conformar con menos lujo, por supuesto también pueden elegir un Opel Grandland X PHEV, un Mitsubishi Outlander PHEV, un Toyota RAV4 PHEV, etc…










5. Por qué no deberías comprar un Mazda CX-60.

Habrá gente que no esté dispuesta a pagar 50 millones o más por un coche premium de Japón. Insisten en tener cuatro anillos, una estrella o una hélice azul y blanca como logotipo en el capó. Es una pena, porque te estás vendiendo mal. Sin embargo, también hay una buena razón para dejar atrás un CX-60. El Mazda de dirección ajustada no está disponible con amortiguadores adaptativos, por lo que el SUV siempre se dirige de forma ajustada. Por supuesto, esto no es un problema tan grande, pero para algunas personas la suspensión será un poco demasiado dura. Nunca se hace incómodo en el CX-60, pero primero llevarlo a probar en el concesionario no es una mala idea. Entonces podrá experimentar que no se pueden fabricar coches premium sólo en Alemania.

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