Conducir con hidrógeno: el huevo y la gallina están ahí, ahora necesitamos el crecimiento
El «problema del huevo y la gallina» es un tema recurrente de debate cuando se habla de la conducción con hidrógeno. Esto se ha vuelto a poner de manifiesto hoy en el evento BMW i Vision Hydrogen en la primera estación de servicio de hidrógeno de la start-up Fountain Fuel en Amersfoort. Intervendrán Juergen Guldner, director del programa de hidrógeno de BMW Group, y Stephan Bredewold, cofundador de Fountain Fuel. En definitiva, hay que construir gasolineras antes de construir coches, pero esos coches tendrán que empezar a funcionar pronto para que las gasolineras sigan funcionando a largo plazo. Sin embargo, parece haber avances, ya que el Gobierno ha destinado 178 millones de euros a impulsar la movilidad con hidrógeno.
La estrategia de hidrógeno de BMW
Al menos para BMW, el hidrógeno va a desempeñar un papel importante en el futuro. En el evento, la marca muestra una visión clara en la que no hay lugar para el motor de combustión interna. Los alemanes no ven sentido en los combustibles sintéticos, ni en los e-combustibles. Así, los coches eléctricos de batería y los de pila de combustible tomarán el relevo en la futura oferta de BMW.
Pero, ¿cómo será el reparto mutuo entre las dos cadenas cinemáticas dentro de BMW? La marca afirma que los coches impulsados por hidrógeno, los FCEV, responden a las necesidades de los consumidores que, por ejemplo, no tienen acceso a una infraestructura de recarga (rápida), conducen a menudo largas distancias o necesitan arrastrar un remolque o un tráiler pesado de forma habitual. Por ello, BMW considera que el hidrógeno es una opción adecuada para turismos grandes, como el X5. Con ello, la marca se dirige específicamente a los clientes que actualmente conducen un diésel de los gordos y que, por sus pautas de uso, no ven un coche eléctrico de batería.
Al final, la trayectoria de desarrollo de los coches de hidrógeno de BMW va a ser la misma que la de los eléctricos. Actualmente, la marca aún está en fase piloto con esta tecnología, pero a partir de 2025 BMW ofrecerá múltiples modelos propulsados por hidrógeno. De hecho, BMW espera que, en última instancia, el hidrógeno sea rentable si se va a producir en lugares donde abunde la energía renovable. En términos económicos, los bajos precios de la electricidad compensan entonces las pérdidas de energía en la producción de hidrógeno y sus costes de transporte.
De este modo, repostar hidrógeno acabará siendo más barato que repostar gasolina o gasóleo. Actualmente, todavía no es así, ya que el precio del kilo de hidrógeno fluctúa entre 18 y 30 euros. Por un depósito lleno de hidrógeno, en el caso del iX5 Hydrogen, gastarás entre 110 y 180 euros. Con eso, puedes conducir 500 kilómetros. En otras palabras: todavía no es muy ventajoso.
BMW iX5 Hidrógeno: ¿alternativa a los diésel gordos?
BMW, con sus claros objetivos en materia de tecnología del hidrógeno, indica claramente que no quiere apostar por un solo caballo. Además de las ventajas del hidrógeno como vector energético, la fabricación de coches con pila de combustible ofrece otras ventajas frente a los coches eléctricos de batería. Se trata sobre todo de la cantidad mucho menor de materiales de tierras raras que se necesitan para fabricar un coche de hidrógeno. Un coche de hidrógeno también pesa menos que un coche eléctrico de batería; comparado con el BMW iX, el iX5 Hydrogen pesa nada menos que 100 kilogramos menos.
El colega Bart condujo anteriormente el BMW iX5 Hydrogen. Este servidor también pudo probar brevemente el SUV de hidrógeno en Amersfoort y no puede sino confirmar lo que Bart dijo antes: el iX5 Hydrogen ya parece «acabado». Con una potencia máxima de 401 CV y 720 Nm de par, realmente da la sensación de estar conduciendo un X5 M50d, pero sin el ruido del motor. El resultado es una experiencia de conducción muy refinada, silenciosa y suave. Bart te da otra vuelta:
Fountain Fuel: objetivos ambiciosos
Vale, el coche está ahí, pero ¿y la infraestructura de repostaje? El Dr. Guldner hace un claro llamamiento a los responsables políticos y a los operadores petrolíferos: construyan esas gasolineras para que podamos empezar a construir los coches. En cuanto a la infraestructura de repostaje de hidrógeno, BMW espera que en 2030 haya al menos una estación de repostaje de hidrógeno en cada gran ciudad europea y que la distancia máxima entre dos estaciones de repostaje no supere los 200 kilómetros. En total, son más de 600 gasolineras en toda Europa.
Actualmente se puede repostar hidrógeno en 37 lugares de los Países Bajos, pero si la start-up Fountain Fuel lo consigue, dentro de dos años será posible en muchos más sitios. La empresa aspira a tener 11 estaciones de repostaje de hidrógeno operativas en los Países Bajos para 2025. Amersfoort alberga su primera gasolinera, que destaca sobre todo por la enorme estructura de madera bajo la que se encuentran los puntos de repostaje. La gasolinera está convenientemente situada cerca del intercambiador de Hoevelaken. Por cierto, también hay cargadores rápidos para coches eléctricos en las instalaciones, así que se da servicio a ambas tecnologías.
Stephan Bredewold, fundador de Fountain Fuel, cree firmemente que el coche de hidrógeno triunfará en el futuro. Insta a BMW y a otros fabricantes a que empiecen a producir coches pronto para que la infraestructura de repostaje pueda desarrollarse con mayor rapidez. Aquí es donde vuelven a entrar en juego el huevo y la gallina: la inversión en infraestructura de repostaje sólo puede recuperarse si también hay suficientes coches que la utilicen. También cree que, por la ubicación y el diseño de las estaciones de servicio, Fountain Fuel seguirá teniendo derecho a existir a largo plazo junto a las grandes petroleras, que también se dedican al hidrógeno.
¿Pronto será más fácil conducir con hidrógeno?
Tras la reunión entre BMW y Fountain Fuel, una cosa está clara: la conducción impulsada por hidrógeno está superando lenta pero inexorablemente su infancia. Los puntos de repostaje proliferan y, junto con Toyota y Hyundai, BMW también tiene una visión clara del futuro de la tecnología del hidrógeno. Esto hace que sea cada vez más interesante para los empresarios y los responsables políticos adoptar el hidrógeno y garantizar una mayor expansión de la infraestructura. Esto es lo que va a ocurrir, ya que el Gobierno va a destinar 178 millones de euros a fomentar la movilidad por hidrógeno en sentido amplio. La tecnología está ahí, ahora el crecimiento.
