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Modelos legendarios

Anno 2023 parece una combinación poco realista, pero a principios de los ochenta era bastante normal. Se coge un modelo de serie -preferiblemente un coche barato y compacto- y se le pone un gran motor detrás de los asientos delanteros. El resultado: una máquina compacta y ágil que requiere un gran talento para mantenerse en la carretera. Así se crearon varios modelos legendarios, como el Austin Metro 6R4, el Renault R5 Turbo y el coche de este artículo, el Peugeot 205 T16.

Casi ninguna norma

En 1982, la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) decidió crear una nueva categoría de rally. Esta clase denominada «Grupo B» era una competición en la que apenas había reglas. El único requisito estricto era que los fabricantes construyeran un mínimo de 200 coches de calle de su modelo competitivo. Esta nueva clase de rally atrajo la atención de muchos fabricantes de automóviles, ya que el reglamento ofrecía la oportunidad de maximizar sus conocimientos técnicos. El resultado fueron coches exóticos, veloces como el rayo, con tracción trasera o a las cuatro ruedas, que eran tan rápidos sobre grava como un Fórmula 1 sobre asfalto. Desde Lada hasta Ferrari, todos los fabricantes se han metido en el Grupo B, al igual que Peugeot.

Máquina ágil de rally

La marca del león ya tenía una larga historia en los rallyes y, con la nueva clasificación del Grupo B, surgió la oportunidad perfecta para dar a conocer el nuevo 205. El resultado fue el 205 Turbo 16: un coche que se parece al Peugeot 205 pero que técnicamente tiene poco que ver con él. Detrás de los asientos delanteros, un motor turbo de cuatro cilindros y 1.775 cc con 350 CV (más tarde 500 CV) se encuentra entre un robusto chasis tubular. Se ensanchó toda la carrocería y se añadió la tracción a las cuatro ruedas. Con un peso en vacío de sólo 910 kilos, el pequeño león era una máquina de rally ágil y rápida como el rayo.

Éxito del coche de rally

El 205 Turbo 16 demostró ser uno de los coches de rally más exitosos de la década, con dos títulos mundiales. Sin embargo, los coches del Grupo B se hicieron cada vez más rápidos con el paso de los años, lo que provocó cada vez más accidentes (mortales). La potencia creció hasta alcanzar a veces los 1.000 CV, mientras que la seguridad se dejaba de lado. En 1987, el campeonato del Grupo B fue prohibido tras un accidente mortal durante el Rally de Portugal. Peugeot se despidió discretamente del campeonato y, con T16 modificados, consiguió ganar el Rally Dakar dos veces después.

Inestimable

La clasificación del Grupo B fue un periodo único en el automovilismo y los modelos homologados de los coches que corrieron entonces son hoy codiciados objetos de coleccionista. Así es este 205 Turbo 16 en venta en Burgerveen, Holanda Septentrional. El coche llegó a manos de un coleccionista que lo cuidó durante dos décadas. El cuentakilómetros marca 40.000 kilómetros y el coche acaba de recibir un juego de zapatillas Michelin nuevas. El precio es elevado para un coche de 200 CV, pero por ese dinero se adquiere una valiosa pieza de la historia de los rallies.

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