Resumen: Esto es lo que emiten de media las marcas de coches (y pronto recibirán giga multas por ello)
Millones en multas
Deseosa de que el mercado automovilístico sea más sostenible, la Unión Europea ha puesto el listón muy alto: para 2025, los coches nuevos no deberán emitir más de 93,6 gramos de CO2 por kilómetro de media.
Si una marca no cumple esta media, le costará 95 euros por gramo de superación por coche.
En otras palabras, las marcas de coches se arriesgan a multas millonarias.
Para evitarlas, los fabricantes deben apostar fuerte por los híbridos de bajo consumo, los híbridos enchufables y, por supuesto, vender tantos coches eléctricos como sea posible.
Emisiones excesivas de CO2
No todas las marcas de coches tienen suficientes modelos con bajas emisiones de CO2 para situar la media por debajo de la estricta norma de la UE, informa Automotive News.
A pesar de sus ambiciones eléctricas y de modelos EV como el Mustang Mach-E y la familia ID, Ford y Volkswagen siguen teniendo una media de emisiones de CO2 relativamente alta.
En cambio, Tesla y Geely -la empresa matriz de Volvo y Polestar- sobresalen.
Éstas, con ofertas compuestas principalmente -y en el caso de Tesla, obviamente en su totalidad- por VE, no tienen que preocuparse por las emisiones de CO2 y las posibles multas.
A continuación se muestra un resumen de las emisiones medias de CO2 por coche vendido por marca (primer semestre de 2024).
Como puedes ver, pocas marcas se acercan a la nueva norma de 93,6 g/km:
- Volkswagen: 123 g/km
- Ford: 125 g/km
- Renault-Nissan-Mitsubishi: 114 g/km
- Stellantis: 113 g/km
- Hyundai: 108 g/km
- Mercedes-Benz: 108 g/km
- Grupo BMW: 106 g/km
- Toyota: 105 g/km
- Geely: 56 g/km
- Tesla: 0 g/km
Multas anteriores
La UE ya ha demostrado antes que se toma en serio las emisiones de CO2 y sus normas.
En 2021, la norma se fijó en una emisión media de 116 gramos de CO2 por kilómetro para toda la flota de una marca de coches.
Para muchos fabricantes de entonces, este límite también resultó difícil de cumplir. ¿El resultado? Una oleada de multas ascendió a la friolera de 550 millones de euros.
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