Polestar 2 elección popular como coche fúnebre: ¡éste está nuevo!
También equipado con cielo estrellado
El último ejemplo se construyó para una empresa de transporte funerario de Kampen. El cliente optó por un color exterior blanco. Al igual que un Rolls-Royce, este coche fúnebre Polestar 2 también presenta un cielo estrellado en el espacio donde reposará el ataúd.
Especificaciones Polestar 2 Hearse
El coche fúnebre de 2.290 kilómetros tiene un potente motor eléctrico de 220 kW (300 CV). Sobre el papel, el modelo tiene una autonomía de 647 kilómetros con una carga completa de electricidad. El peso adicional de la conversión, así como la forma del coche, reducen bastante esa autonomía. Según Huiskamp, ahora el modelo debería ser capaz de recorrer 480 kilómetros con una carga completa de la batería.
Aumentan los coches fúnebres eléctricos
Las funerarias recurren cada vez más a los coches fúnebres totalmente eléctricos. La gran ventaja es que estos vehículos son silenciosos, al menos: si el sistema acústico (AVAS) -para avisar a los peatones por debajo de una velocidad de 30 km/h- está desconectado. De hecho, esto puede resultar bastante molesto en una procesión en la que se requiere un silencio absoluto. Otra ventaja de los coches fúnebres BEV es la ausencia de gases de escape, lo que es agradable para las personas que caminan detrás del coche fúnebre.
Cómo surgió el coche fúnebre
La idea del coche fúnebre, o vehículo específicamente diseñado para transportar a los difuntos, se remonta a la época de las civilizaciones antiguas. Los orígenes del transporte de difuntos se remontan a los biers, en los que personas o animales -como caballos o bueyes- utilizaban carros para llevar a los muertos a su lugar de descanso final. En los siglos XVII y XVIII, empezaron a utilizarse en Europa y Norteamérica carruajes especiales tirados por caballos. Estos carruajes solían estar bellamente decorados y simbolizaban el respeto y el honor hacia el difunto.
Cadillac
No fue hasta principios del siglo XX, hacia 1909, cuando aparecieron los primeros coches fúnebres motorizados en Estados Unidos. Inicialmente fueron desarrollados por fabricantes de automóviles como Cadillac, que construyeron vehículos especializados basados en sus modelos existentes. El objetivo era proporcionar un transporte más eficaz y digno y sustituir la tradición del coche de caballos. Así nació la idea del coche fúnebre moderno tal y como lo conocemos hoy, un vehículo que funciona tanto práctica como ceremonialmente para despedir al difunto.