El futuro de los coches eléctricos: seis tecnologías que espera experimentar algún día
El número de coches eléctricos sigue creciendo cada año, con los Países Bajos a la cabeza de Europa. La autonomía y los tiempos de carga ya han mejorado notablemente en relativamente poco tiempo, pero ¿qué más podemos esperar en el futuro? ¿Habrá más incentivos para que los conductores se pasen al coche eléctrico?
También hay pioneros en otros ámbitos, como la industria del iGaming. Allí es habitual endulzar la oferta para los recién llegados con apuestas gratuitas, un bono o regalos para atraer a más clientes. ¿Es concebible que los vendedores de coches eléctricos encuentren más clientes interesados con ofertas como la recarga gratuita?
El futuro del automóvil es eléctrico, pero a mayor demanda, mayor voluntad de investigación y optimización. He aquí seis tecnologías que algún día podrían convertirse en estándar.
La carga bidireccional optimiza el consumo de energía
A pesar del gran potencial y los beneficios que ya son visibles, la carga bidireccional aún no está establecida. La carga bidireccional es una tecnología que funciona en ambas direcciones. Además de poder cargar la batería del coche eléctrico a través de la red, la batería también puede devolver energía a la red. Esto permite optimizar el uso de las energías renovables.
Dado que la mayoría de los coches están aparcados más del 80% del tiempo, esta vía sería muy interesante como almacenamiento intermedio para la energía solar. Durante las fluctuaciones del suministro energético de la vivienda, el coche puede actuar como fuente de energía. Por cierto, tanto el coche como el punto de carga deben ser aptos para la carga bidireccional. Ya hay un puñado de modelos que pueden utilizarse con este fin, incluidos los de Mitsubishi.
Mejor rendimiento de la batería para una conducción más eficiente
En los últimos años, el rendimiento de los motores eléctricos y las baterías ya ha mejorado notablemente. Las baterías de iones de litio cuestan ya un 85% menos, lo que hace más asequibles los coches eléctricos. Para muchos conductores, está por ver si un coche eléctrico satisfará sus necesidades.
Los modelos de gama alta podrían superar las prestaciones de los coches de gasolina en el futuro. Para ello, es indispensable seguir desarrollando la tecnología de las baterías. Esto reducirá el precio de compra. Al mismo tiempo, los coches eléctricos resultan cada vez más atractivos a medida que su autonomía se acerca a la del coche convencional. La batería del futuro tiene alta densidad energética, bajas pérdidas de potencia y alta velocidad de carga.
Gasolineras en cada esquina: recarga en todo el país
La infraestructura para recargar coches eléctricos ha mejorado mucho en los Países Bajos. El número de estaciones de recarga es cada vez mayor y el uso masivo de coches eléctricos ya es una realidad. Pero aún no es tan fácil como con los coches de gasolina, para los que hay muchas gasolineras en todo el país.
Habrá que añadir muchas más estaciones públicas de recarga. Deberían estar disponibles en todas partes. Si el porcentaje de nuevas matriculaciones de coches eléctricos se eleva al 50%, ascendería a 150 millones de coches nuevos en Europa.
La ampliación permanente del número de puntos de recarga, en el hogar y en espacios públicos, garantizará que siempre haya una estación de recarga disponible para cada coche eléctrico. En términos de sostenibilidad, es especialmente importante que la electricidad utilizada proceda de fuentes de energía renovables.
Mejor asistencia a la conducción en el coche del futuro
Ya se trate de aparcar marcha atrás, maniobrar o conducir por autopista, los asistentes a la conducción son ya un tema de gran importancia hoy en día. Sin embargo, podrían desempeñar un papel aún más importante en el futuro, centrándose principalmente en la conducción autónoma.
La investigación y el desarrollo de cámaras y sensores garantizarán la mejora de la seguridad de la conducción en carretera. Entre otras cosas, los coches del futuro podrían comunicarse entre sí y advertirse mutuamente de los peligros.
Alertar al coche de situaciones peligrosas en la ruta, como hielo negro o riesgo de aquaplaning por lluvia intensa, mejora la seguridad vial. En el futuro, el parabrisas podría asumir el papel de la pantalla, incluyendo superposiciones y avisos en situaciones de peligro.
Algunos fabricantes de automóviles ya están trabajando en nuevos desarrollos y ya suministran coches que utilizan hasta ocho cámaras y 12 sensores ultrasónicos para vigilar el entorno del vehículo y reaccionar ante situaciones peligrosas.
Coche inteligente: funciones de autoaprendizaje para el máximo confort
La inteligencia artificial también es un tema candente. La tecnología podría desempeñar un papel importante en el futuro para aumentar la comodidad del usuario en el coche. Las funciones de autoaprendizaje ya están disponibles en modelos de Mercedes-Benz, por ejemplo. Allí, los escáneres biométricos pueden utilizarse para establecer los ajustes deseados, como la temperatura del coche, la configuración de los asientos y la música.
El software de autoaprendizaje del coche permite recordar las rutas más frecuentes. De este modo, el coche puede proporcionar de forma independiente la información correcta para esta ruta. En función del estado de ánimo del conductor durante la conducción de esta ruta, se le ofrece música o archivos de audio.
La configuración interior se prepara mediante huella dactilar. En el futuro, es concebible que un coche pueda almacenar múltiples perfiles. El conductor sólo tiene que escanear su huella dactilar y el interior se prepara según sus necesidades personales.
El coche autónomo: ya no es necesaria la interacción humana
Los expertos dan por hecho que los coches autoconducidos serán habituales en 2030. Esos coches se encargan entonces de todas las tareas pertinentes mientras los ocupantes hablan entre sí, leen un libro o juegan a un videojuego. El reconocimiento biométrico automático debería permitir reconocer y embarcar a los conductores.
El vehículo podría coordinarse con otros coches y obtener información sobre atascos directamente de Internet. Para que esto sea posible, es necesario mejorar considerablemente la infraestructura de Internet en Europa. Si la conexión se interrumpe durante la conducción, el coche puede fallar literalmente.
Programar un coche así lleva muchísimo tiempo. Debería haber una solución posible para cada situación de tráfico imaginable. Incluso un error técnico puede tener graves consecuencias. Todavía no está claro si esto será así en 2030. Lo que es seguro es que la conducción autónoma formará parte del futuro.