El CJIB quiere acabar con las multas de tráfico que se disparan como un cohete
Aumentos demasiado elevados
Actualmente, un primer recordatorio supone un recargo del 50% sobre el importe original de la multa.
Con un segundo recordatorio, se duplica hasta el 100%.
Así, una multa puede subir rápidamente varios escalones.
Los aumentos pretenden garantizar que las multas se paguen a tiempo, pero en algunos casos esto es contraproducente, sobre todo cuando la persona en cuestión ya tiene dificultades para pagar la primera multa.
Personalización necesaria
Por ello, la CJIB aboga en un informe anual por un mayor margen para aplicar la personalización en situaciones de fuerza mayor o circunstancias especiales.
Actualmente, la agencia de recaudación no tiene autoridad para decidir de forma independiente sobre la condonación de los incrementos, lo que significa que esta responsabilidad suele recaer en el tribunal o en la Fiscalía (OM).
Flexibilidad
Además de las multas de tráfico, el CJIB también quiere más margen de maniobra para cobrar las multas impuestas sin la intervención de un juez, por ejemplo por infracciones leves.
El CJIB cree que deberían poder dejar de cobrar estas multas en determinadas situaciones difíciles, sobre todo si ya no parece sensato continuar.
Cada año se imponen unas 300.000 multas de este tipo.