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Escasez de chips

Los fabricantes de automóviles pueden ponerse al día y eliminar los retrasos en la producción debido a la caída de la demanda de bienes de consumo de alta tecnología. «Es irónico que la misma situación que provocó el déficit de gran parte de la industria automovilística sea la que impulse la recuperación», dijo Tom Blackie, director general de VNC Automotive, especializada en conectividad.

Blackie: «Las interrupciones de la cadena de suministro causadas por una serie de desastres en plantas de fabricación críticas se vieron agravadas por un enorme aumento de la demanda de dispositivos electrónicos cuando estalló la pandemia y el trabajo desde casa se convirtió en la norma para muchos.»

Vivimos de forma más frugal debido al aumento del coste de la vida

Los consumidores gastan menos. Esto se debe en parte al fuerte aumento del coste de la vida. Las tarifas energéticas siguen siendo extremadamente altas. Además, se espera una recesión mundial. En lugar de actualizarse con el último smartphone o pedir un nuevo portátil a crédito, los compradores inteligentes optan por mantener sus dispositivos actuales durante más tiempo. Esta caída de la demanda de bienes de consumo ha liberado capacidad de producción en toda la cadena de suministro, desde las fábricas de chips hasta la logística, y la industria del automóvil se ha beneficiado rápidamente.

Más chips disponibles para los coches

Blackie: «De hecho, el cambio hacia el exceso de oferta ha sido tan rápido que los proveedores de chips se dirigen a nosotros con regularidad para pedirnos que aumentemos nuestros pedidos».

Los analistas del sector han informado de un aumento de las cancelaciones por parte de los productores de electrodomésticos, así como de los fabricantes de dispositivos más complejos, como tabletas y teléfonos inteligentes. Los vehículos -que se han vuelto cada vez más sofisticados gracias a los nuevos sistemas de asistencia al conductor, los sistemas de infoentretenimiento inteligentes, las cámaras y los sensores- se benefician. El hambre de más potencia de cálculo ha provocado un cambio que ha convertido a los actores tradicionales de la informática, como Intel y Nvidia, en protagonistas de la industria del automóvil.

Miles de millones de dólares

El sector de la automoción representó menos del 9% del volumen de semiconductores en 2020, con un valor estimado de 38.700 millones de dólares, según Gartner. Sin embargo, se prevé que esta cifra aumente a algo más de 116.000 millones de dólares en 2030, a medida que aumente la producción de vehículos eléctricos y las funciones avanzadas de asistencia a la conducción y los vehículos autónomos requieran niveles cada vez mayores de potencia de procesamiento para «albergar» los algoritmos más avanzados de IA.

Cada vez más chips en los coches

Las cifras de Gartner sugieren que el contenido medio de semiconductores por coche pasará de unos 712 dólares en 2022 a 931 dólares en 2025. «Es posible que pase algún tiempo antes de que esta oferta más fluida llegue a los consumidores que compran coches, mientras los fabricantes trabajan para eliminar el retraso acumulado en los últimos años», afirma Blackie.