Abarth 500e (Prueba) – Mucho más bonito de lo que esperas
La «cápsula sonora»
¿Conoces esas botellas de agua con cápsulas perfumadas que hacen que tu cerebro piense que estás bebiendo algo dulce, cuando en realidad sólo estás bebiendo agua?
El Abarth 500e tiene un truco similar en la manga, pero con sonido.
Bajo el parachoques trasero hay un gran altavoz que imita el sonido de un motor de gasolina.
La idea es que esto haga creer a tu cerebro que estás conduciendo un Abarth de gasolina que gruñe.
¿Y funciona?
Es una experiencia interesante.
El sonido responde al acelerador y simula la subida de revoluciones, como cabría esperar de un motor de combustión interna tradicional.
El sonido es fuerte.
Muy alto.
Esto se hace de forma inteligente, ya que te permite oír el ruido que entra en el interior desde la parte trasera, como en un coche de gasolina.
Por tanto, la experiencia es mucho más realista que en los coches que reproducen una banda sonora similar a través del sistema de audio.
Sin momentos de conmutación
El inconveniente es que en autopista, el sonido suena un poco alto de forma poco natural, como si condujeras con una marcha demasiado baja.
Esto se debe a que no hay momentos de cambio de marcha simulados.
El sistema sólo funciona por debajo de 80 km/h, donde la ilusión se mantiene mejor.
Y sí, la gente de fuera puede oírte llegar desde una distancia considerable.
¿Este truco no es para ti?
Entonces puedes desactivarlo o simplemente omitir la opción por completo.
Auténtico ADN Abarth
Puede que el Abarth 500e sea eléctrico, pero se conduce como un Abarth en toda regla.
Gracias a la batería de 42 kWh situada bajo el suelo, el coche se siente casi más estable y firme que sus hermanos de gasolina.
Los 1.335 kg de peso se notan, pero no estorban.
Puedes lanzar a este pequeño rebelde por las curvas a velocidades absurdamente altas sin sufrir subviraje.
Único, para un VE.
Realmente es una lágrima pur sang.
Más potente de lo esperado
Bajo el capó -el Abarth tiene tracción delantera- hay un motor eléctrico que produce 155 CV, casi 40 CV más que el Fiat 500e.
Esto se traduce en un sprint de 0 a 100 km/h en 7 segundos, algo más rápido que la mayoría de los Abarth de gasolina.
Los frenos traseros de disco (a diferencia de los frenos de tambor del Fiat 500e) te dan más confianza para frenar tarde antes de una curva y acelerar a fondo.
Divertido, pero también cómodo
Quizá la mayor sorpresa sea lo bien que se adapta el Abarth 500e al uso diario.
Mientras que algunos Abarth de gasolina pueden ser (demasiado) rígidos y hacerte rebotar literalmente en el asiento, la variante eléctrica ofrece un confort notable.
Sigue teniendo una amortiguación firme, como cabe esperar de Abarth, pero cansa mucho menos en los viajes largos.
Nos atreveríamos a utilizarlo para desplazamientos diarios sin pensarlo dos veces.
Precio: no para todos
La lista de precios del Abarth empieza en 36.490 euros para el hatchback y 38.990 euros para el descapotable.
Así que el Abarth 500e no es ninguna ganga.
Es un modelo compacto, con una autonomía limitada.
Sobre el papel, alcanza los 265 kilómetros, pero en la práctica tienes que contar con unos 180 a 200 kilómetros.
Suficiente para casi toda la conducción diaria, pero no lo llevarás a Italia durante un tiempo.
Pero entonces, ¿haces eso con un Abarth 695 Biposto?
Por su precio, obtienes una combinación única de conducción eléctrica con el icónico tacto Abarth.
Para los que quieran pasarse a lo eléctrico sin renunciar al placer de conducir, merece la pena considerarlo seriamente.
¿Tienes curiosidad por saber cómo suena? Mira el vídeo a continuación: